La persona tímida tiene un patrón de pensamiento distintivo que le genera estrés y ansiedad en las situaciones sociales caracterizado por:

  1. Estado de alerta que le lleva a centrarse sólo en los errores que comete.
  2. Ideas negativas sobre sí mismo que alimentan un autoconcepto negativo.
  3. Preocupación excesiva por su desempeño.

La ansiedad ante las situaciones sociales desencadena una serie de reacciones como sequedad en la boca, palpitaciones, temblor en las manos o en la voz, sudoración profusa y rubor. Así también reacciones de tipo cognitivo: no se limita al plano fisiológico, sus efectos también se aprecian en el área cognitiva: problemas para concentrarse, olvido y dificultad para dar un orden lógico a las ideas, pues el curso del pensamiento se desorganiza.

Hay personas tímidas que logran relacionarse con los demás y tener un desempeño social normal, pero si se convierte en una timidez extrema, provoca una inhibición del comportamiento y genera un gran sufrimiento emocional.

Timidez vs. introversión. La introversión es un rasgo de personalidad que no es malo ni bueno. La persona introvertida disfruta estando sola, no necesita demasiado las relaciones sociales. En cambio, la persona tímida no disfruta de la soledad, sino que sufre ansiedad ante las situaciones sociales porque siente miedo o vergüenza.

*CAUSAS

  • Genéticas. El temperamento está determinado por características del sistema nervioso, lo que indica que la genética también desempeña un rol en la aparición de la timidez excesiva. El término “inhibición ante lo desconocido” se da en los bebés que desde muy temprano comienzan a comportarse de forma tímida; reaccionan excesivamente ante los estímulos, algo que podría consolidarse a lo largo de la infancia y desencadenar una timidez extrema o una fobia social.
  • Apego inseguro. Si un niño no logra crear lazos afectivos adecuados con sus padres, es probable que se genere un apego inseguro. Cuando los padres se muestran distantes emocionalmente, no pasan mucho tiempo con sus hijos o adoptan un estilo educativo sobreprotector o demasiado exigente pueden estar influyendo, sin quererlo, en que su hijo sea más tímido. En cambio, si el niño crece siendo consciente de que sus padres, o al menos uno de ellos, le apoya, se sentirá seguro y será una persona independiente.
  • Experiencias traumáticas. A veces la timidez surge como una respuesta ante determinadas experiencias que fueron vividas de forma traumática. Si la persona ha sido objeto de burlas o humillaciones, es probable que se sienta avergonzada y se encierre en sí misma, como un mecanismo de defensa. Por tanto, los ambientes familiares, escolares o laborales estresantes, hostiles y competitivos pueden ser causa de una excesiva timidez.
  • Falta de autoestima. La persona que ha recibido críticas o comparaciones constantes a lo largo de su infancia /adolescencia, probablemente no confíe en sus capacidades, tienda a infravalorarse y tenga una personalidad insegura, tímida y miedosa.
  • Aspectos culturales. Según los antropólogos, aunque la timidez existe en todo el mundo, no se experimenta de la misma forma. Los japoneses y taiwaneses son los que expresan un mayor grado de timidez; en el extremo opuesto se encuentran los israelitas. Esto ocurre en base a la atribución del éxito y los errores que se realiza a lo largo de la infancia. En la cultura japonesa, los padres se llevan el crédito cuando su hijo tiene éxito, pero cuando fracasa, le achacan toda la responsabilidad. En Israel, al revés: los niños son recompensados por el esfuerzo que realizan, más allá de los resultados obtenidos.

Timidez vs. fobia social

La timidez es el resultado de nuestra inseguridad, de no saber si seremos lo suficientemente competentes o valiosos para los demás.

Sin embargo, la fobia social va un paso más allá; es un miedo que no se corresponde a la intensidad del peligro, sino que es desmesurado e irracional. Ese miedo influye en la vida cotidiana de la persona, haciéndola sentir mal y limitando su capacidad de acción y disfrute. Por ello, la fobia social sería la timidez en su grado extremo.

* La timidez social y la timidez amorosa

La timidez social se caraceriza por:

  • Preocupación excesiva por la posibilidad de convertirse en el centro de la atención de un grupo de personas.
  • Miedo a que alguien observe lo que está haciendo.
  • Aversión a realizar gestiones, incluso a hacer llamadas telefónicas.
  • Dificultades para emprender una reclamación, aunque tenga la razón y el derecho.
  • Miedo a hablar o realizar presentaciones en público.
  • Tendencia a rehuir los espacios donde haya mucha gente.
  • Miedo a que sus intervenciones parezcan ridículas o inadecuadas.
  • Temor por quedarse en blanco, a tartamudear o a sonrojarse delante de los demás.

La timidez amorosa engloba los problemas para entablar una relación con una persona que atre. Se caracteriza por:

  • Falta de asertividad en las situaciones informales que involucran a personas que podrían convertirse en una pareja romántica o sexual.
  • Ansiedad anticipatoria, provocada por el deseo de agradar a la otra persona.
  • Dificultades para iniciar y mantener una conversación con la persona que le atrae.
  • Miedo a estar solo con la otra persona en situaciones que puedan conllevar a un acercamiento amoroso.
  • Desasosiego y angustia, ya que en realidad la persona desea un acercamiento amoroso, pero su timidez se lo impide.

* TRATAMIENTO

Dentro de una terapia, existen varias alternativas de tratamiento, desde el tratamiento individual hasta el grupal, e incluso talleres de habilidades sociales y comunicación.

Abordar el problema comienza con la evaluación y valoración de la causa. A partir de ahí, en el trabajo individual se utilizan técnicas como la hipnosis para llegar al subconsciente y promover un cambio a través de sugestiones que ayuden a superar la timidez. Herramientas como EMDR ayudan a asumir las experiencias pasadas que pueden estar bloqueando emocionalmente y lograr pasar página. Y dentro del trabajo cognitivo-conductual, entrenamiento en auto instrucciones positivas, la visualización, el modelado y el control de pensamientos negativos son eficaces para lograr el cambio.


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