INSOMNIO
El insomnio es la dificultad para iniciar o mantener el sueño o la sensación de no haber tenido un sueño reparador al menos durante un mes.
Las personas con insomnio presentan muy a menudo una combinación de dificultades para conciliar el sueño y despertares frecuentes durante la noche. En otros casos, tienen la sensación de no dormir bien: sueño inquieto, poco profundo y de baja calidad.
Si el insomnio se convierte en crónico, la persona puede experimenta una disminución del estado de ánimo, de la motivación, de la energía, de la memoria, de la atención y de la concentración, así como irritabilidad y un aumento de la sensación de fatiga y malestar.
* Causas del Insomnio:
Las causas del insomnio son múltiples y puede surgir de forma aislada o como consecuencia de otras situaciones. Cada vez existe más problemática de insomnio debido al estrés y los hábitos inadecuados que conlleva nuestro día a día. Otras veces, es causa de otras enfermedades, físicas (dolor, molestias, farmacología subyacente,…) y mentales (ansiedad, depresión,…).
El insomnio tiene en su origen o en su mantenimiento casi siempre un componente psicológico, ya que se suele asociar con un aumento del nivel de alerta fisiológica y psicológica durante la noche junto con un condicionamiento negativo para dormir, por lo que la preocupación intensa y el malestar por la imposibilidad de dormir bien pueden generar un círculo vicioso: cuanto más intenta el individuo luchar contra el insomnio, más frustrado y molesto se encuentra y la activación cerebral producida por la frustración al no poder dormir supone no poder dormir.
Existen 2 tipos de insomnio:
- Insomnio de corto plazo: suele darse en situaciones de estrés laboral, cambios vitales, presiones
familiares o después de un evento traumático. Puede durar días o semanas. - Crónico: dura un mes o más. La mayoría de los casos surgen como consecuencia de otros problemas.
El abuso de medicinas y sustancias pueden causar este tipo de insomnio.
* Cómo abordarlo:
Los medicamentos para dormir pueden ser un tratamiento eficaz a corto plazo. Sin embargo, la mejor opción si existen problemas para dormir a largo plazo, o hay reticencia a los somníferos, es la psicoterapia.
La terapia trata las causas, en vez de sólo aliviar los síntomas. Se requiere tiempo y esfuerzo para que funcione, pero se consigue:
- Trabajar la parte emocional que puede estar generando el problema.
- Restablecer el mecanismo automático natural mediante el que el organismo alcanza el estado fisiológico adecuado para el descanso.
- Controlar los estímulos internos y externos de forma que estos se asocien con el descanso, y no con el insomnio.
- Obtener herramientas eficaces para favorecer el sueño.
En los casos en que el insomnio sea un síntoma de un trastorno de ansiedad o de depresión, se recurre al tratamiento de estos trastornos, ya que para que remita el insomnio es necesario solucionar antes estos problemas.