EL MIEDO

El miedo es una emoción primaria cuyo principal objetivo es mantenernos a salvo. El problema viene cuando es el propio miedo el que no nos deja vivir.

* Miedos más comunes:

Podemos sentir miedo cuando creemos que nuestra vida está en peligro, como en un accidente, o ante la perspectiva de un hecho, como cuando conducimos a gran velocidad por un tramo de curvas y tememos perder los frenos. En este caso, no hay un hecho real que inspire el temor, pero nuestra fantasía se desboca imaginando todos los problemas que podrían ocurrir.

La capacidad que tenemos para anticipar el peligro nos permite tomar medidas para evitarlo y mantenernos a salvo, por lo que estos son miedos racionales y comprensibles. Pero también existen miedos irracionales (cuando nuestra respuesta es totalmente desproporcionada ante el peligro real que representa el estímulo) como es el caso de las fobias, en las cuales la persona reacciona de manera exagerada ante una situación que no representa un peligro real para su vida (hablar en público, ver una cucaracha, etc.).

También podemos sentir miedo cuando recordamos algo sucedido en el pasado, aunque no exista posibilidad de que éste se vuelva a repetir. La raíz de este miedo normalmente está enquistada en nuestro inconsciente y es muy difícil de eliminar, ya que se puede activar incluso ante una simple alusión verbal. Es entonces un trauma.

Pero el miedo más incapacitante es el que sufren las personas con un trastorno de pánico. Es un ¨miedo a tener miedo¨. Sufren crisis de angustia repetidas de forma inesperada, por lo que desarrollan un miedo exacerbado a volver a sufrir un ataque (la sensación que tienen cuando sufren una crisis de angustia es de que van a morirse o volverse locos), y empiezan a poner en marcha mecanismos de evitación -que agravan el problema-, como el ir siempre acompañados cuando salen de casa, o incluso en los casos más graves, evitar salir de ella. En estos casos, al trastorno de pánico se une una agorafobia limitante.

POR QUÉ SENTIMOS MIEDO

  • El miedo nos permite ser conscientes de que existe un peligro. Nuestros sentidos captan diferentes señales del medio y éstas son procesadas, fundamentalmente, por el sistema límbico que, si considera que existe un peligro potencial, desencadena una serie de reacciones fisioliógicas que nos permitirán actuar en consecuencia rápido.
  • El miedo está vinculado a las conexiones nerviosas que discurren entre la amígdala y el cíngulo anterior. La amígdala es la que revisa toda la información proveniente del medio en la búsqueda de algún peligro, mientras que el cíngulo anterior ejerce un procesamiento más racional de esas emociones, por lo que actúa como un filtro que modera nuestra respuesta de miedo. Cuando la comunicación entre ambas regiones resulta afectada, las personas sienten más temor y responden de manera exagerada ante los estímulos del medio.
  • Es por eso, y por otros factores como la seguridad en uno mismo, la educación recibida, las experiencias vividas y la cultura, que algunas personas son más propensas a tener miedo que otras.

CÓMO AJUSTAR NUESTRO MIEDO

Ni podemos, ni debemos, eliminar el miedo de nuestra vida, pero sí aprender a convivir con él, manejándolo y evitando que bloquee nuestra vida o nos paralice, mediante:

  1. Terapia Cognitivo-Conductual: Cuando se trata de un temor irracional, el primer paso consiste en comprender que la reacción es completamente desproporcionada y que no existe una base lógica para ese miedo.
  2. Mindfulness: En vez de luchar contra el miedo, hay que aprender a aceptarlo. Los temores son una reacción ante algo que se considera amenazante y es normal que sentirse asustado. Superar el miedo implica conocer exactamente qué causa el temor y ser consciente de cómo se reaccion a nivel emocional y fisiológico.

Un paso importante es no dejar que el miedo nos paralice. Seguir adelante a pesar del miedo y buscar estrategias que permitan alcanzar el objetivo propuesto. Desarrollar la confianza en nuestras capacidades y ser consciente del peor escenario posible; a menudo no es tan malo como se imagina.