DEPENDENCIA EMOCIONAL: cuando mi bienestar depende de otro

La dependencia emocional es una adicción hacia otra persona, una necesidad desmesurada del otro, que conlleva a renunciar a la libertad personal.

La raíz de este problema tiene que ver con necesidades emocionales insatisfechas que la persona intenta cubrir estableciendo una relación de dependencia afectiva. El dependiente emocional pone su relación con la otra persona por encima de todo, no desea que nada se interponga en su relación, de forma que va abandonando paulatinamente sus aficiones y actividades para poder pasar cada vez más tiempo con el otro.

La persona que sufre una dependencia emocional busca la seguridad que le falta en el otro. Es por ello que ejerce un control excesivo y no acepta que la otra parte haga nuevas amistades o realice actividades sin él/ella, demandando toda la atención y, en el fondo, por miedo de que esas actividades le aparten de su lado.

* Síntomas:

Necesidad de atención constante del otro para sentirse bien.

Miedo al rechazo del otro.

– Necesidad de muestras del cariño para asegurar que lo/la quieren.

– Sensación constante de estar vacío/a. No poder estar solo/a.

– Ser la prioridad de la otra persona.

– Sentirse perdido/a cuando no está el otro cerca.

– Ansiedad, culpa o enfado.

– Ser muy celoso/a en las relaciones.

– Descuidar aficiones y relaciones (amigos, familia).

– Dificultad para dormir y sentimientos de impotencia y/o desconsuelo.

* Características de la persona dependiente:

  • Avidez afectiva: Necesidad constante de estar al lado del otro; cuando no puede, recurre al móvil de manera obsesiva para mantener el contacto.
  • Comportamientos sumisos. Asume una relación de subordinación. Como tiene miedo de que la relación termine, se comporta de manera sumisa e incluso acepta ser humillado por el otro.
  • Baja autoestima. Suele recriminarse por sus errores y se denigra constantemente; minimiza sus logros y maximiza sus fallos. No está satisfecho consigo mismo y no confía en sus capacidades.
  • Necesidad de agradar. Busca continuamente la validación externa; necesita causar una buena impresión. Cuando no obtiene esa aprobación, se siente mal y lo interpreta como un rechazo.
  • Miedo a la soledad. No soporta la soledad; normalmente, ésta activa recuerdos dolorosos vinculados al abandono.

* Causas:

Las principales causas de la dependencia emocional vienen de la infancia…; bien en la niñez no se aprende a ser autónomo e independiente, y/o bien se siguen arrastrando carencias afectivas que no fueron satisfechas en su momento.

Durante su infancia, es probable que no haya recibido el cariño que necesitaba por parte de sus referentes. Así prendió que, para ser amado, necesitaba cumplir con las expectativas de los demás. Creció como un niño en búsqueda de atención, que se esforzaba por hacer las cosas bien, para obtener lo más importante: amor.

Normalmente vienen de familias disfuncionales, con padres fríos y distantes emocionalmente, o han sufrido un abandono, físico o emocional, que le impide desarrollar un apego seguro.

Otras veces, son personas que han tenido que enfrentarse a numerosos problemas desde pequeños y tienen la idea de que no merecen ser felices. Desarrollaron una baja autoestima y creen que necesitan ganarse el reconocimiento de los demás. Si han tenido experiencias de abandono y rechazo, generando falta de control, necesitan controlar a las personas más cercanas, para evitar que éstas le abandonen.

Como se sintieron solos y desprotegidos durante la infancia, experimentan ansiedad de separación, miedo al abandono y temor a quedarse solos, por lo que la estrategia más común para lograr la seguridad, la protección y el cariño que necesitan, es la sumisión.

Entonces existe una interpretación distorsionada del amor. Para las personas dependientes, amar significa entregarse al otro, hasta el punto de perder la individualidad; no comprenden que el amor maduro es aquel que enriquece a ambos y potencia lo mejor de cada cual.

* Consecuencias de la dependencia emocional:

  • Rupturas de pareja continuas. Normalmente, la forma de ser de la pareja no le satisface, pero como siente la necesidad de tenerla, se somete nuevamente.
  • Insatisfacción y frustración. Incluso cuando tiene a su lado a la persona que ama, le atormenta la idea de perderla. Como resultado, mantiene una relación agobiante que termina dando lugar a desencuentros y discusiones.
  • Pérdida del “yo”. El dependiente se aisla, reduce su actividad social para entregarse por completo a su pareja. Cuando una persona abandona sus sueños y metas, el “yo” comienza a difuminarse y llega un punto en que ya no sabe si actúa de cierta forma porque realmente le satisface o sólo porque desea agradar a los demás.
  • Celos patológicos. Cualquier persona dependiente suele entregarse por completo y espera lo mismo del otro; si no es así, suele experimentar celos que alcanzan un nivel patológico. A medida que la relación avanza, el dependiente emocional exigirá cada vez más tiempo y muestras de cariño.
  • Trastornos psicológicos. La ruptura de la relación genera un trauma difícil de superar. Suelen reaccionar escondiéndose tras comportamientos adictivos que pueden dar pie a la bulimia, el alcoholismo o la drogadicción, o desarrollar cuadros depresivos o comportamientos obsesivos.

* TRATAMIENTO: TERAPIA

La terapia siempre se enfoca en que la persona aprenda a valorarse más y que su bienestar y seguridad no dependan tanto de otro.

Las terapias que incluyen técnicas como la hipnosis clínica o EMDR trabajan accediendo al inconsciente y descubriendo experiencias infantiles que pueden ser la raíz de la dependencia afectiva, además de poder cambiar con mayor facilidad algunas de las creencias que alimentan este problema.